¡Hola! Bienvenido al mercadillo. Hoy no traigo una palabra, traigo una expresión casi olvidada. “Estar o andar a la cuarta pregunta”. Significa no tener dinero, andar mal económicamente. ¿A que seguimos teniendo razones para usarla? No sé en qué se gasta el dinero, pero gane lo que gane, siempre anda a la cuarta pregunta. Lo siento, hoy no hay propina, estoy a la cuarta pregunta. Su origen: Aunque hay varias teorías, la más plausible es que provenga de los antiguos interrogatorios judiciales, en los que al imputado se le preguntaba primero por su nombre y edad; segundo por su lugar de nacimiento y domicilio; en tercer lugar por su religión y estado civil; y en cuarto lugar por sus bienes y rentas. Normalmente, los declarantes alegaban no poseer bienes ni rentas, sino que todo su patrimonio provenía de su trabajo, para no ser embargados. Cuando a lo largo del interrogatorio se hacían alusiones a este punto, los testigos se remitían a esta cuarta pregunta. Posteriormente, la expresión quedó como marca de pobreza o falta de ingresos. Saluditos.
¡Bienvenido a mi mercadillo! Aquí podrás encontrar palabras y expresiones salmantinas que la cultura mal entendida arrinconó por catetas. Me parece tan impropio de los que tenemos el don de hablar avergonzarnos de ellas, que hoy, para ponerlas en el lugar que les corresponde, abro este mercadillo. ¿Te gustaría ayudarme? Espero tu visita y, si quieres traerme un regalo, ya sabes lo que me gusta: una cateta de tu tierra. Seguro que tienes muchas. Y antes de irte, ojea mi periódico.
sábado, 12 de agosto de 2017
Estar a la cuarta pregunta
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En Canarias decimos "Estar a la última pregunta"
ResponderEliminarMayi.