¡Hola! Me encanta la catetilla que traigo hoy: tarja. La tarja era un listón de madera muy fina. Los panaderos iban haciendo una muesca en ella por cada pan que el cliente compraba al fiado. Cuando iba a pagar, se contaban las muescas, y el número de muescas hechas era el número de panes que se debían. Cada muesca pues era una deuda, y como siempre hubo gente para todo, algunos se largaban sin pagar. Era entonces cuando se decía eso de “¡Vaya tarja que han dejado!” ¿A que a ti también te encanta? Saluditos.
¡Bienvenido a mi mercadillo! Aquí podrás encontrar palabras y expresiones salmantinas que la cultura mal entendida arrinconó por catetas. Me parece tan impropio de los que tenemos el don de hablar avergonzarnos de ellas, que hoy, para ponerlas en el lugar que les corresponde, abro este mercadillo. ¿Te gustaría ayudarme? Espero tu visita y, si quieres traerme un regalo, ya sabes lo que me gusta: una cateta de tu tierra. Seguro que tienes muchas. Y antes de irte, ojea mi periódico.
sábado, 17 de junio de 2017
Tarja
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Me encanta la palabra tarja. No la conocía. Siempre se aprende algo leyéndote.
ResponderEliminarMaría G.