¡Hola! Acabo de abrir el mercadillo. ¡Pasa! Traigo una catetilla muy curiosa: asturar, que se usaba para decir que una comida, la ropa, algo se había estropeado por efecto del calor. Ayer tuve que hacer dos comidas. Puse un arroz a cocer, me olvidé de añadirle agua, y cuando me di cuenta se me había asturado. Lo peor fue limpiar la cazuela. No hay nada como solear la ropa para que quede blanquísima, pero o se le da un riego de vez en cuando, o acabará asturándose. Pues bien, ya te dejo, no vaya a ser que se te asturen las lentejas por mi culpa, lo de la ropa, ya no es tan fácil, las lavadoras han terminado con la costumbre de solearla y, por lo tanto, con el uso de la palabra. Saluditos.
¡Bienvenido a mi mercadillo! Aquí podrás encontrar palabras y expresiones salmantinas que la cultura mal entendida arrinconó por catetas. Me parece tan impropio de los que tenemos el don de hablar avergonzarnos de ellas, que hoy, para ponerlas en el lugar que les corresponde, abro este mercadillo. ¿Te gustaría ayudarme? Espero tu visita y, si quieres traerme un regalo, ya sabes lo que me gusta: una cateta de tu tierra. Seguro que tienes muchas. Y antes de irte, ojea mi periódico.
lunes, 25 de junio de 2018
Asturar
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