¡Hola! Si no tienes prisa, espera un momento, corrigiendo uno de mis libros inéditos me encuentro con una catetilla candidata a ocupar un lugar en este mercadillo y quiero presentártela. Copio el párrafo. Una noche ocurrió un percance que puso punto final a los juegos nocturnos. Tarri preparaba la cena ajena a los juegos del padre y de la hija. Bella Luna tropezó con una piedra y al caer al suelo se le clavó en la cabeza una de las esquinas del poyo. La pitera apenas sangró, pero lloró del susto. Tarri corrió a auxiliarla pero Bella Luna ya estaba tranquila entre los brazos de Ñoto, lo que no evitó su furia. Pues está claro: se trata de la palabra pitera que, como se dice en el texto, es una brecha en la cabeza que se produce por un golpe y que mucho o poco sangra. ¿Qué niño no se ha hecho una pitera? Seguro que ninguno se ha librado de alguna, ni siquiera los niños de hoy, pero ya nadie se hace piteras, ahora se hacen heridas, con lo que de entrada no sabemos si el niño, por travieso, se ha roto la cabeza, el culo o alguna de las rodillas. Gracias por quedarte.
¡Bienvenido a mi mercadillo! Aquí podrás encontrar palabras y expresiones salmantinas que la cultura mal entendida arrinconó por catetas. Me parece tan impropio de los que tenemos el don de hablar avergonzarnos de ellas, que hoy, para ponerlas en el lugar que les corresponde, abro este mercadillo. ¿Te gustaría ayudarme? Espero tu visita y, si quieres traerme un regalo, ya sabes lo que me gusta: una cateta de tu tierra. Seguro que tienes muchas. Y antes de irte, ojea mi periódico.
martes, 18 de septiembre de 2018
Pitera
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