sábado, 3 de noviembre de 2012

Magosto

¡Hola!: ¿Te vienes de magosto? Pues aunque con algo de retraso –debimos ir anteayer-, vamos a hacer el magosto, hace una tarde de viento pero seguro que arde la hoguera y lo pasaremos muy bien. ¿Que te explique antes qué es el magosto? Pues naturalmente, para eso estoy aquí. El magosto se hacía en la Sierra salmantina en particular y en todos los pueblos de la provincia en general la tarde del 1 de noviembre festividad de Todos los Santos. Mientras que los mayores se iban a sufrir al campo santo, los jóvenes se iban a divertir al campo. Iban en pandillas, cada cual con la suya. Todos llevaban un cestillo de castañas, nuevas si ya habían nacido las primeras, o del año anterior si la cosecha venía con retraso. Ya en el campo hacían una hoguera, asaban las castañas y a comerlas entre risas, bromas y demás ingredientes propios de estas reuniones. El magosto pues era la hoguera, las castañas, la excursión. ¿Cómo, que no te apetece? Ni a mí tampoco, entre otras razones porque ya nos han prohibido hacer lumbre en el campo, este año todavía no hay castañas y ya no se guardan de un año para otro, ya hemos pasado la edad de saltarnos las leyes a la torera sin más y para colmo los jovencitos se reirían de nosotros; ellos, ahora, prefieren, aunque algunos se jueguen la vida como este año en Madrid, hacer o ir, que no sé qué verbo es correcto, de halloween. ¿Pero a que te ha gustado descubrir esta palabra? Pues a usarla en cuanto haya castañas, que en casa también puede hacerse un magosto.