¡Bienvenido a mi mercadillo! Aquí podrás encontrar palabras y expresiones salmantinas que la cultura mal entendida arrinconó por catetas. Me parece tan impropio de los que tenemos el don de hablar avergonzarnos de ellas, que hoy, para ponerlas en el lugar que les corresponde, abro este mercadillo. ¿Te gustaría ayudarme? Espero tu visita y, si quieres traerme un regalo, ya sabes lo que me gusta: una cateta de tu tierra. Seguro que tienes muchas. Y antes de irte, ojea mi periódico.
sábado, 20 de julio de 2013
El gasto
¡Hola!
Acabo de escribir en un relato la siguiente frase: “Lo descubrí el mismo día de la boda, en el bar donde tuvimos el gasto”. El gasto no era otra cosa pues que el banquete nupcial. Es una palabra tan antigua como cateta. Nadie la utilizaba en la ciudad, era cosa de los pueblos, y se usaba cuando el gasto se hacía en las casas de los novios, en el bar del pueblo o en algún local habilitado al efecto. La palabra cayó en desgracia cuando las bodas empezaron a celebrarse en los restaurantes y en los hoteles de la ciudad. Para que la conozcas, la dejo en mi mercadillo, creo que para escribirla en su justo contexto es una palabra preciosa.
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