jueves, 5 de noviembre de 2020

Guachipeos

¡Hola! Bienvenido a mi mercadillo. He aquí la catetilla de hoy: guachipeos. Podemos traducirla por negocios tan desordenados que dan más pérdidas que ganancias. Guachipear pues con el dinero es lo que hacen las personas que tienen esta condición, que haberlas hailas, aunque ahora a sus negocios los llamemos líos o chanchullos y a ellas liantas o chanchulleras.

 

Sobran los ejemplos ¿verdad?

 

Saluditos.   

 

Caraja

¡Hola! Bienvenido a mi mercadillo. La catetilla que traigo ahora no es de todos los pueblos, pero sí de algunos de la provincia: caraja, que significa tontuna pasajera, bobez TRANSITORIA.

 

—¡Vaya caraja que tengo hoy! —acaba de decirme una persona, MOLESTA PORQUE TODO LE SALE MAL— No doy pie con bola.

 

Saluditos.

 

miércoles, 4 de noviembre de 2020

Zangallas

 

¡Hola! Bienvenido a mi mercadillo. Aquí estoy, con otra catetilla: zangallas, que son cosas inútiles, que ya no sirven y además estorban.

 

—¿Para qué quieres tantas zangallas en ese cajón? Más te vale que las tires a la basura.

 

—He hecho limpieza de cajones y ni te imaginas las zangallas que he tirado.

 

Saluditos.

 

Recuerdos

¡Hola! Bienvenido a mi mercadillo. Me duele llamar catetilla a la palabra que traigo hoy: recuerdos, esos que ya solo los raros les mandamos a los demás con alguien en un mensaje, en un encuentro o a través del teléfono.

 

—¿Cómo están tus padres? Dales recuerdos de mi parte.

 

Ahora lo habitual es enviar besos, besos que no se dan, claro está, pero es tal la fiebre de besar que hasta en los programas de radio y televisión los presentadores se despiden con besos de los oyentes y televidentes. ¿Hay algo más ridículo? ¿A santo de qué viene esa obsesión por besar sin besos incluso a quienes ni conocemos ni conoceremos jamás? ¿Se sentirán mejores personas por manifestarse tan besuconas?

 

 Esperemos que se pase la fiebre y dejemos los besos para cuando corresponden: despedidas, recibimientos, encuentros que alegran… y volvamos a enviar recuerdos, que es la mejor forma de demostrarle a alguien que lo tenemos en nuestra memoria y le deseamos lo mejor del mundo, por lo que si hay alguna palabra que no merece el olvido, es la palabra recuerdos.

 

Saluditos.