Bienvenidos a mi mercadillo. Aquí estoy, con otra catetilla: traerlo a mal traer.
Esta expresión es igual a las dos anteriores: traerlo al retortero y traerlo al estricote, pero también con una salvedad: solo se trae a mal traer a las personas. Por ejemplo los hijos adolescentes a los padres: salen de noche y no dicen dónde van, dicen regresar a una hora y se olvidan del reloj, con lo que traen a los padres, sobre todo a las madres, a mal traer.
Cosas normales.