domingo, 4 de junio de 2017

Yeldar

¡Hola!: ¿Quieres darte una vuelta por mi mercadillo? Hoy vengo con una catetilla muy singular: yeldar, que aunque a algunos de fuera les suene a fundir, a mermar, a cuajar, por aquí significa todo lo contrario: fermentar, aumentar, esponjar, sobre todo una masa. “Y ahora a esperar a que esponje”, decían nuestras madres cuando tras preparar todos los ingredientes del bollo maimón –dulce salmantino que se hacía para las bodas, los bautizos y comuniones- y meterlo en el horno. Recibo la información de que uno de los que la utilizó mal fue Miguel de Unamuno, pero como persona inteligente que era, supo rectificar muy bien. Te copio el error y la corrección.
    
… saltan las uñas, zarpas de codicia,
Baña el sudor mis castigados miembros,
En las venas la sangre se me yelda,
Sed de agua siento;

    “En el desierto” lleva una nota del autor en el libro Poesías (pág.355), que se refiere a la forma verbal yelda (verso 31), que significa “cuajarse, endurecerse una masa blanda, y sobre todo el pan”, cuya etimología brinda a los lectores. Pero debe ser tenida en cuenta la corrección de ella que el mismo autor hace años más tarde. Apareció en su libro de versos siguiente, el titulado Rosario de sonetos líricos, pág. 285. Dice así:

“Y como quien quiera corregir ha de empezar por corregirse, para dar ejemplo he de rectificar un error que deslicé en una nota de mi libro Poesías, error que me llevó a dar al vocablo YELDAR un sentido que se aparta algo del que realmente tiene. Seducido por una falsa y atropellada etimología en que me obstiné y es la de hacerlo derivar de GÉLIDU, me empeñé en que yeldarse significase “cuajarse, endurecerse una masa blanda y sobre todo el pan”, cuando en realidad lo emplean aquí en el sentido de fermentar, levantarse la masa de pan, y deriva del latín LÉVITU, que da en leonés LIEB’DOLLELDO-YELDO, y en castellano LLEUDO-LLUDO. Ambas formas, yeldo y lludo, se usan por acá, y ni una ni otra figuran en el diccionario oficial.”