sábado, 5 de agosto de 2017

Bago y bagazo

  ¡Hola! Estaba deseando traer al mercadillo una de mis catetillas más originales, pero siempre que me disponía a hacerlo me encontraba con la misma dificultad: no encontraba ninguna explicación lógica a su origen. Hoy, sin pretenderlo ella misma, me la envía una de las visitantes más fieles, y yo me apresuro a traerla para que la conozcas, no sin antes darle las gracias, tanto por sus visitas como por la explicación que aclara mis dudas.

     La palabra es bago, con be, claro. Un bago es cada uno de los granos de uva que forman un racimo. ¿Por qué se los llamaba bagos y no granos? Seguramente porque venía de la palabra que tan maravillosamente nos presenta E. G y que yo desconocía. Dice así:
 
     Estoy leyendo una novela y aparece una palabra que, aunque ya la conocía, me ha encantado encontrarla de nuevo. Es BAGAZO. Te la paso por si no la conocías, aunque supongo que sí.
    Hay varios tipos de bagazo pero aquí me vengo a referir al resto que queda después de haber prensado la uva para extraer el mosto.
    El bagazo está formado por el hollejo o piel de la uva, las semillas y los pequeños cabos de los racimos  después de haber pasado los mismos por la DESPALILLADORA que es la máquina que se usa para separar el raspón (parte leñosa del racimo de uvas) de las uvas con el fin de que durante el proceso de maceración no aporten al mosto resultante sabores amargos.
     Este bagazo recibe el nombre de orujo. Y de él se obtiene mediante destilación en alambique, el aguardiente (al que también se le llama orujo).Los restos pueden triturarse y emplearse como abono o, una vez secos, como combustible para las chimeneas (al menos en Galicia lo hacen así).
     De las aceitunas también se obtiene otro tipo de bagazo.

     Saluditos.