¡Hola! Esta catetilla es de las pocas, quizá la única, que hay que celebrar que haya pasado al recuerdo: cabras o cabrillas. No se trata de ese animalito que da leche, se trata de unas manchas rojas que salen en las piernas por efecto del calor. Esta dolencia la sufrían las mujeres, las que pasaban las tardes de invierno cosiendo al amor del brasero. Además de molestas, eran feas. Para evitarlas, se inventaron las polainas, es decir: unas medias –nunca mejor dicho lo de medias porque solo cubrían la parte de delante- de cartón forradas de tela con un hiladillo en cada extremo para sujetarlas a las piernas. Pero lo que de verdad acabó con el problema fue la calefacción. Saluditos.
¡Bienvenido a mi mercadillo! Aquí podrás encontrar palabras y expresiones salmantinas que la cultura mal entendida arrinconó por catetas. Me parece tan impropio de los que tenemos el don de hablar avergonzarnos de ellas, que hoy, para ponerlas en el lugar que les corresponde, abro este mercadillo. ¿Te gustaría ayudarme? Espero tu visita y, si quieres traerme un regalo, ya sabes lo que me gusta: una cateta de tu tierra. Seguro que tienes muchas. Y antes de irte, ojea mi periódico.
lunes, 2 de mayo de 2016
Cabrillas
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