¡Hola! No es que se me hayan acabado las catetas, ni muchísimo menos, es que he andado muy ocupada con otros asuntos, y para demostrártelo, aquí estoy, con otra de mis favoritas: terciar. Terciar, según el Diccionario de la RAE, significa muchas cosas. La más usual, la que más se utiliza, es la de intervenir en una conversación, generalmente para llevar la contraria; sin embargo, por estos lares fue muy usada con el sentido de apetecer, dependiendo más del capricho que de la formalidad, y otros para expresar algo que dependía de la ocasión, la posibilidad o la oportunidad. Si se tercia, voy a verla, pero si no se tercia, que me espere sentada. No creas que es tu amiga porque hoy te llama para salir; mañana, si se tercia, ni te mira Saluditos.
¡Bienvenido a mi mercadillo! Aquí podrás encontrar palabras y expresiones salmantinas que la cultura mal entendida arrinconó por catetas. Me parece tan impropio de los que tenemos el don de hablar avergonzarnos de ellas, que hoy, para ponerlas en el lugar que les corresponde, abro este mercadillo. ¿Te gustaría ayudarme? Espero tu visita y, si quieres traerme un regalo, ya sabes lo que me gusta: una cateta de tu tierra. Seguro que tienes muchas. Y antes de irte, ojea mi periódico.
sábado, 16 de abril de 2016
Terciar
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