¡Bienvenido a mi mercadillo! Aquí podrás encontrar palabras y expresiones salmantinas que la cultura mal entendida arrinconó por catetas. Me parece tan impropio de los que tenemos el don de hablar avergonzarnos de ellas, que hoy, para ponerlas en el lugar que les corresponde, abro este mercadillo. ¿Te gustaría ayudarme? Espero tu visita y, si quieres traerme un regalo, ya sabes lo que me gusta: una cateta de tu tierra. Seguro que tienes muchas. Y antes de irte, ojea mi periódico.
domingo, 23 de junio de 2013
Tener gatas
¡Hola! En cualquier zona de España cuando alguien realiza un esfuerzo físico fuera de lo habitual sufre agujetas; los salmantinos, sin embargo, acabamos con gatas. Esta es la expresión que traigo hoy al mercadillo. Tener gatas: agujetas.
Esta expresión puede considerarse cateta, es muy antigua y muy de pueblo, pero consiguió llegar a la ciudad y se sigue usando con naturalidad. Los jóvenes, o no la usan, o la usan muy poco, pero no porque la desconozcan o se avergüencen de ella, sino porque los jóvenes salmantinos, o están en paro, o están habituados a practicar deportes, con lo cual no tienen razón para quejarse de tales molestias desgraciadamente en el primero de los casos.
Desconozco el origen, pero durante diez años estuve fuera de Salamanca, y como todos me lo preguntaban cuando me quejaba de gatas, tuve que inventarlo. Helo aquí:
La primera forma de andar que tenemos es a gatas. Ni que decir tiene que cuando un niño se recorre la casa a cuatro patas acaba molido. Gatas pues es la consecuencia de andar a gatas, y por extensión la de hacer un trabajo para el que no estamos entrenados.
No sé si la explicación es muy afortunada, nunca me he parado a pensarlo, pero sí sé que todos se la creían. ¿Y tú?
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