sábado, 9 de febrero de 2019

Espindalga

¡Hola! Bienvenido a este mercadillo de palabras antiguas. Te presento la catetilla de hoy: espindalga. Espindalgas sólo eran las mujeres; los hombres, nunca. Pero el significado deja claro que no era por razones de desigualdad: espindalga se les decía, sobre todo a las jovencitas, cuando iban vestidas con ropa que les quedaba grande, y no era que los chicos fueran mejor vestidos, era que en ellos nadie se fijaba. O le arreglas esa falda a la niña, o que no se la ponga para ir al baile, que se la coloque como se la coloque va hecha una espindalga. El vestido es precioso pero te queda tan grande que pareces una espindalga. Desconozco su origen, pero fue muy usada, sin duda porque era costumbre, mejor dicho, necesidad, de que la ropa de unas hermanas fuera usada también por otras y no era fácil que a todas les quedara bien. Saludos.

domingo, 3 de febrero de 2019

Llantar

¡Hola! La catetilla que estás viendo ya la usaba Cervantes. Así dice don Quijote en el séptimo capítulo de la primera parte: ¡-Ferido no -dijo don Quijote-, pero molido y quebrantado, no hay duda en ello; porque aquel bastardo de don Roldán me ha molido a palos con el tronco de una encina, y todo de envidia, porque ve que yo solo soy el opuesto de sus valentías. Mas no me llamaría yo Reinaldos de Montalbán si, en levantándome deste lecho, no me lo pagare, a pesar de todos sus encantamentos; y, por agora, tráiganme de yantar, que sé que es lo que más me hará al caso, y quédese lo del vengarme a mi cargo. Está claro: lo que pedía don Quijote para recuperarse de los reveses sufridos en su primera salida era algo para comer. Pues bien, como se acerca la hora de llantar, buen provecho.