¡Hola! La cateta que hoy dejo en el mercadillo seguro que no la has oído nunca: venir con once ovejas. ¿A que estoy en lo cierto? Pues atento al significado. Esta expresión, por estos lares, desconozco el porqué y no se me ocurre la razón adecuada, se utilizaba para decir que una mujer quedaba embarazada sin estar casada, algo tan bien visto ahora, como tan mal en otros tiempos. Fíjate en este diálogo: —Este año no han venido tus primos a la fiesta. No estarán malos –quiere decir enfermos-, ¿verdad? —No, pero como si lo estuvieran, les ha llegado la hija mayor con once ovejas y no tienen ganas de fiestas. Hasta pronto.
¡Bienvenido a mi mercadillo! Aquí podrás encontrar palabras y expresiones salmantinas que la cultura mal entendida arrinconó por catetas. Me parece tan impropio de los que tenemos el don de hablar avergonzarnos de ellas, que hoy, para ponerlas en el lugar que les corresponde, abro este mercadillo. ¿Te gustaría ayudarme? Espero tu visita y, si quieres traerme un regalo, ya sabes lo que me gusta: una cateta de tu tierra. Seguro que tienes muchas. Y antes de irte, ojea mi periódico.
sábado, 11 de julio de 2015
Venir con once ovejas
domingo, 5 de julio de 2015
Cabás
¡Hola! Aquí estoy, con otra cateta que tiene que ver con el material escolar de antaño: cabás. Era el maletín donde los niños llevaban a la escuela sus libros, sus cuadernos y demás cosas. Generalmente eran de cartón, pero los había de madera, preciosos, por cierto. Ni te imaginas a los niños de ahora con un cabás de aquellos, ¿verdad? Pero seguro que les gustará saber que existieron si les dices la palabra que, no por ser cateta, deja de ser tan hermosa como lo que predica. Hasta pronto.
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