sábado, 25 de febrero de 2012

Darle en las mataduras

¡Hola! Acabo de hablar con una amiga de la palabra mataduras. Según ella, su abuela, también de un pueblo salmantino, usaba la expresión darle en las mataduras, es decir, decirle a alguien algo con la intención de herir su amor propio, su orgullo, su dignidad. ¡Vamos!, darle donde más le duele, para que se fastidie.
Queda claro pues que viene de una palabra con mucho sentido común. ¿Hay algo más molesto que el que te hurguen en una herida? Por esto está bien que la conozcamos, pero usarla, mejor no hacerlo, darle a alguien en las mataduras es algo que sólo podemos hacer con mala intención, y está bien que nos apropiemos de las palabras que se inventaron para los animales, pero de las conductas propias de ellos…

domingo, 19 de febrero de 2012

Las mataduras

¡Hola! Me gustaría que nunca tuvieras que utilizar esta palabra, pero por si acaso, te la presento: mataduras.
Las mataduras eran esas heridas que causan en los pies unos zapatos cuando son nuevos, de baja calidad o cuando son de un número inferior al que necesitan. ¿Molesto, verdad? Tanto que hasta sobraba decir lo que se decía en tal circunstancia: “Traigo unas mataduras en los pies que no puedo dar un paso más”, porque bastaba mirarles a la cara para saber que los zapatos les habían hecho daño.
Ésta es una de esas palabras que nació para los animales y que las personas, de forma espontánea, decidieron usar para ellas, fenómeno muy propio de las zonas rurales. Las mataduras son las llagas que se les forman a las bestias al ludirles el aparejo o cualquiera de los aperos. Puede que por esta razón parezca más catetilla que las demás, pero no cabe duda de que es una palabra con mucho sentido común, las mataduras matan y unos pies víctimas del roce del calzado son unos pies matados, o sea, muertos. Así pues y por la cuenta que me tiene procuraré no tener que usarla más que para escribirla cuando venga a cuento.