Bienvenidos a mi mercadillo. Aquí estoy, con otra catetilla: martingala, que se usaba con el sentido de astucia, engaño, nunca demasiado grave.
-Déjate de martingalas que no vas a convencerme.
-No le hagas mucho caso, que tiene muchas martingalas.
¡Bienvenido a mi mercadillo! Aquí podrás encontrar palabras y expresiones salmantinas que la cultura mal entendida arrinconó por catetas. Me parece tan impropio de los que tenemos el don de hablar avergonzarnos de ellas, que hoy, para ponerlas en el lugar que les corresponde, abro este mercadillo. ¿Te gustaría ayudarme? Espero tu visita y, si quieres traerme un regalo, ya sabes lo que me gusta: una cateta de tu tierra. Seguro que tienes muchas. Y antes de irte, ojea mi periódico.
Bienvenidos a mi mercadillo. Aquí estoy, con otra catetilla: martingala, que se usaba con el sentido de astucia, engaño, nunca demasiado grave.
-Déjate de martingalas que no vas a convencerme.
-No le hagas mucho caso, que tiene muchas martingalas.