sábado, 3 de mayo de 2014

Sátira o sátiro

¡Hola! A ver qué te parece mi cateta de hoy: sátira o sátiro que, aunque era más frecuente llamárselo a las mujeres, los hombres no estaban exentos como sucedía con otras palabras nada agradables de oír.
     Esta palabra fue muy salmantina y lo sigue siendo para quienes nos resistimos a dejar de usarla.
    Una sátira, como bien sabes, es una composición literaria escrita en verso o en prosa que tiene por objeto censurar con acremente (ásperamente, agriamente) o poner en ridículo a algo o a alguien. Deduzco que por esto pasó a llamarse sátira o sátiro a la persona que te dejaba en mal lugar con una contestación fuera de tono o con un mal gesto, en general por costumbre, raras veces de forma accidental. Si alguien era sátiro, lo era siempre, y no eran ganas de poner defectos, era que se lo había ganado a pulso.
    Lo que llama la atención de esta palabra es su relación con la verdadera. ¿A quién se le pudo ocurrir tan genial idea si las personas que la usaban no sabían lo que era una sátira, eran analfabetas en la mayoría de los casos y por supuesto no tenían acceso a la radio, a los periódicos y a la televisión, entre otras razones porque en su época de mayor gloria estos medios no existían, y los que existían, no llegaban? Está claro que la cultura no solo está en los libros.

domingo, 27 de abril de 2014

Ser más ignorante que el que asó la manteca

¡Hola! ¿Me prestas un minuto? Te sobra medio para conocer la cateta de hoy: Ser más ignorante que el que asó la manteca. Sobran las explicaciones. Solo una particular curiosidad: ¿Por qué demonios se habrá dejado de utilizar esta expresión con la de ignorantes que sigue habiendo?
    Perdón, no he dicho nada, solo lo he escrito.