Bienvenidos a mi mercadillo. Aquí estoy, con otra catetilla: traerlo al estricote.
Traerlo al estricote es igual que traerlo al retortero, pero con un matiz importante: al retortero se pueden traer a las cosas y a las personas; sin embargo, al estricote solo se pueden traer las cosas.
Al estricote, por ejemplo, se traen los abrigos, las faldas, los pantalones… y es cuando se cuidan tan poco que siendo prendas nuevas parecen viejas.