domingo, 31 de marzo de 2013

¡Y un jamón con chorreras!

¡Hola! Por fin hoy le llegó el turno a la siguiente expresión: ¡Y un jamón con chorreras! Se utilizaba, y se sigue utilizando por los mayores procedentes de zonas rurales, cuando alguien pedía muchas cosas a la vez o no se cansaba de pedir. Podríamos traducirla por ¡basta ya! O ¡se acabó de dar! O ¿y qué más? Lo significativo de esta expresión es que niega rotundamente ofreciendo todavía más. Desconozco su origen pero me encanta.

1 comentario:

  1. Esta expresión empezó a utilizarse en la España de la posguerra civil, también en Madrid, desde donde envío el comentario. Un jamón con chorreras era el lujo máximo inalcanzable del “súbdito” español. Se utiliza, mejor dicho, se utilizaba porque para la mayoría de los españoles ya está en desuso, como respuesta negativa a peticiones exageradas. “¡Y un jamón con chorreras!”, sigo diciendo a mi nieto para no llevarnos el quiosco a casa cuando al volver del colegio me pide un chicle, un regalí, un chupachús… El jamón con chorreras es el jamón que rezuma grasa líquida cuando la temperatura del lugar en el que el jamón cuelga, hace que ésta se fluidifique. Para evitar que la “pringue” cayera al suelo (o, si se trataba de un mesón o de un bar, sobre la ropa de los parroquianos), se le solían colocar al jamón una especie de cacitos que recogían la grasa porcina y que el tabernero vaciaba cuando estaban llenos.
    Benedicto.

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