domingo, 15 de abril de 2018

Éramos pocos y parió la abuela

¡Hola! Acabo de llegar al mercadillo, con otra catetilla, claro. ¡Éramos pocos y parió la abuela! 
     Esta expresión viene de perlas para quejarte de algo negativo que sucede tras una cadena de sucesos desafortunados. Imagínate que un día sales   a hacer gestiones y todo te sale del revés: te has visto morado para aparcar, llueve a mares, el aire te lleva el paraguas, los zapatos se te han calado, por no llegar a la hora, de tres cosas que ibas a hacer, solo has hecho una, y cuando con un humor de todos los diablos llegas al aparcamiento te encuentras con que la grúa te ha llevado el coche. Aquí es donde hay que gritar con toda la razón del mundo ¡éramos pocos y parió la abuela!, Que es tan eficaz como cualquier palabrota, pero más elegante. Y si alguien te acompaña y quiere reírse de tu cabreo, puede añadir con toda la calma del mundo: “Y encima trajo mellizos”. 

     Saluditos.

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