domingo, 3 de febrero de 2019

Llantar

¡Hola! La catetilla que estás viendo ya la usaba Cervantes. Así dice don Quijote en el séptimo capítulo de la primera parte: ¡-Ferido no -dijo don Quijote-, pero molido y quebrantado, no hay duda en ello; porque aquel bastardo de don Roldán me ha molido a palos con el tronco de una encina, y todo de envidia, porque ve que yo solo soy el opuesto de sus valentías. Mas no me llamaría yo Reinaldos de Montalbán si, en levantándome deste lecho, no me lo pagare, a pesar de todos sus encantamentos; y, por agora, tráiganme de yantar, que sé que es lo que más me hará al caso, y quédese lo del vengarme a mi cargo. Está claro: lo que pedía don Quijote para recuperarse de los reveses sufridos en su primera salida era algo para comer. Pues bien, como se acerca la hora de llantar, buen provecho.

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