¡Hola! Encantada de recibirte en mi mercadillo. Te dejo otra de mis catetillas: jándalo.
El sentido que por aquí se le daba a esta palabra nada tiene que ver con lo que de ella dice el diccionario. Fíjate en los ejemplos:
¿Por qué dices que tu prima anda tan apenada desde que murió su madre? Ayer me la encontré en la peluquería y estaba tan jándala (con ganas de bromas, de cotilleos, de juerga).
Me encontré con tu exmarido y me dijo que no pensaba volver a trabajar aunque tuviera que operarse de todo hasta que pudiera jubilarse y se quedó tan jándalo (tan fresco, tan tranquilo).
¿Te ha gustado?
Saluditos.
¡Bienvenido a mi mercadillo! Aquí podrás encontrar palabras y expresiones salmantinas que la cultura mal entendida arrinconó por catetas. Me parece tan impropio de los que tenemos el don de hablar avergonzarnos de ellas, que hoy, para ponerlas en el lugar que les corresponde, abro este mercadillo. ¿Te gustaría ayudarme? Espero tu visita y, si quieres traerme un regalo, ya sabes lo que me gusta: una cateta de tu tierra. Seguro que tienes muchas. Y antes de irte, ojea mi periódico.
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